Homilía del 3º Domingo de Pascua.
El don del Espíritu da testimonio en nuestros corazones de la resurrección de Cristo y de su victoria al final de los tiempos. Una victoria que será también nuestra victoria. El don que recibimos el día de nuestro bautismo nos posibilita y facilita vivir el Evangelio y alcanzar la Gloria eterna juntamente con el Cristo Resucitado.