Homilía del 5º Domingo de Pascua.
Nuestra vida es un aprendizaje que nos prepara para el encuentro con un Dios que es puro Amor y la mejor manera de prepararnos es vivir amando. El amor purifica nuestro corazón y lo diviniza haciéndolo semejante al corazón de Dios, por eso, lo podremos ver cara a cara y hacer comunión plena de Vida, de Amor y de Felicidad con Él, por toda la eternidad.